El pollo a la Cacciatora es un segundo plato de la tradición toscana, muy conocida y apreciada en nuestro país, especialmente en las regiones del norte de Italia.

Esta receta es muy fácil de preparar y muy sabrosas gracias a la presencia de ingredientes salados tales como cebolla, tomate y el vino tinto que mejoran el sabor del pollo. los orígenes de esta receta, una vez más, se encuentran entre las personas pobres que utilizan lo que tenía en la mano para poder alimentarse.Por esta razón, el pollo (el pollo y más), que fue criado por los agricultores, se convirtió en los días de fiesta, una buena comida enriquecida con verduras y sabor del vino tinto acaba de abrirse.

Vamos con los ingredientes para 4 personas, un pollo, 5 tomates hermosos, 4 zanahorias, 2 diente de ajo, 1 puerro hermoso, 2 cebolla  2 ramitas de perejil, 2 vaso de vino tinto, 1 hoja de laurel, 1 ramita de romero, pimienta, aceite de oliva virgen extra y agua o caldo de ave.

Podéis guisar el medio pollo siempre en trozos con hueso, y con agua, o hacer un caldito de base con parte de la carcasa bien añadir caldo de pollo que tengáis hecho. Para el caldo usar una cebolla, una de las dos ramitas de perejil, algo de sal, el laurel y agua.

Mientras cuece en cazuela a fuego lento durante 40 minutos o en olla presión 15, vamos a lavar el pollo y quitarle la piel con excepción de las alas y patas. Las secamos y las doramos salpimentadas en un dedo de aceite de oliva. Podéis hacerlo o en la cazuela definitiva o en sartén aparte si es que en la cazuela se os pega, como es nuestro caso.

Una vez bien doradas las reservamos en la cazuela definitiva y sofreímos en la sartén el puerro y las zanahorias en trocitos junto con algo de sal.

Mientras podemos ir rallando el tomate.

Cuando esté rehogada la cebolla y compañía echaremos el majao de ajo y perejil (lo que nos quedaba).

Ahora el turno es del tomate y el romero. Añadir algo más de sal y pimienta si deseáis.

Una vez se haya rehogado ligeramente el tomate, sin tener que freírlo bien, lo echaremos sobre el pollo y comenzaremos a estofarlo a fuego lento para que empiece a hacerse bien y evitar evaporaciones excesivas.

A los 10 minutos echaremos el caldo colado, lo echaremos primeramente en la sartén dónde hemos hecho el tomate y rebañaremos bien, y hala, después ¡a la cazuela!.

Aquí ya con el pollo fusionando sabores.

Al poco el turno del vino, si no llegáis a cubrir, echar agua o más caldo si tenéis, no más vino.

Tapamos (importante) y dejamos cocer más o menos una hora o hasta que la carne esté tierna, sobre todo estar pendiente del tejido conjuntivo de las muslos, que es lo que más tarda.

Al destapar, este es el resultado.

Ahora toca desgrasar con paciencia y con la ayuda de una simple cuchara. Este paso es fundamental.

Listo, se puede presentar espolvoreado con un poco de perejil picado, siempre que se deseé.

Fotografias de mercadocalabajio.com