Con las piscinas elevadas se pueden crear ambientes especialmente hermosos explotand los espacios de cada jardín.
Con un poco de idea de diseño que podemos pasar horas sin preocupaciones con la familia y amigos para incluir en nuestro proyecto incluso zonas de descanso para tumbonas, mesas y sombrillas.
En primer lugar, hay que evaluar cuidadosamente el espacio real disponible, con un mapa en la mano será más fácil de preparar que la bañera todos los muebles, y su trazado con precisión matemática. También puede considerar una posible pérgola dosel o una construcción de madera para cultivar algunos planta trepadora y aislar de las miradas indiscretas por encima de las piscinas de tierra cada vez más privacidad y discreción. Esta solución también es útil en caso de lluvia o simplemente cuando el sol es fuerte.
Las piscinas elevadas
El espacio
Piscinas tubulares
La propagación de piscinas elevadas ha encontrado un terreno fértil entre los compradores y los principales centros comerciales de presentar sus productos a principios del verano con una variedad y una gran selección. Atención a la calidad, a menos que nuestro objetivo es simplemente para despegar un capricho y conformarse con algo que va a durar tan duro y luego se verá, es preferible hacer una compra con la confianza de tener el mejor. Puede suceder que algunos accesorio requiere reemplazo y si no nos aseguramos de que nos encontramos con las partes apropiadas, incluso después de algún tiempo, se habrá perdido dinero.
La madera
Las piscinas elevadas de madera son estéticamente una opción muy recomendable; y es que este material siempre da muchísima calidez a los exteriores. Es cierto que son más caras que otras, como las tubulares, y que en cuanto a tamaño se refiere no hay tanta variedad, pero no podemos negar que visualmente cuentan con mayor impacto. Es importante saber que estas piscinas no sólo están hechas de madera, también tienen partes en PVC. Además tener en cuenta el tipo de madera que se usa, pues hay maderas más duras y resistentes que otras. Las maderas del norte de Europa, por ejemplo, son más duras y cuentan con tratamientos que evitan la putrefacción. En cuanto al precio, podríamos encontrar piscinas de madera desde unos 1.000 euros.
El acero
Es otra de las opciones más interesantes, muy demandadas en la actualidad ¿por qué? Básicamente por el resultado estético. Cuenta también con variedad de tamaños. En cuanto a resistencia, no nos podemos olvidar que son piscinas compuestas por una pared de acero y perfilería de resina o metal, algo que las hace bastante resistentes. Podemos encontrar piscinas de este tipo por unos 700 euros, dependiendo siempre del tamaño.
El cemento
Evidentemente, estas piscinas no son desmontables. Una vez construyes una piscina de cemento se queda en ese lugar. No obstante, cuenta con características que pueden llegar a convencernos. Para empezar, aunque es evidente que este tipo de piscinas requieren obra, al no tener que excavar en la tierra para hacer agujeros, se facilita el trabajo. Deben ir reforzadas para aislar la parte saliente que queda expuesta a las variaciones térmicas, aun así, podemos decir que en cuanto a piscinas elevadas se refiere, las de cemento son las más resistentes. Por último, recordemos que son piscinas que pueden adoptar las medidas que nosotros queramos sin problema alguno, adaptándose así a los lugares más complicados.