Hoy hemos querido ayudarte a combatir un problema que tarde o temprano se convierte en inevitable con unos pequeños ejercicios y trucos puedes evitar estas arruguitas o por lo menos procurar que aparezcan lo más tarde posible.

La nutrición adecuada de esta área es determinante para evitar la aparición temprana de esas pequeñas arrugas que hacen lucir el rostro envejecido cuando aún no es momento de revelar la edad. Aunque es inevitable que los años pasen factura al llegar a la vejez, sí es posible prevenir los signos del envejecimiento prematuro con la aplicación frecuente de ciertos cuidados.labioss_png_pagespeed_ce_bFx5MymFLO

1. Ejercitar la boca
No se necesita la ayuda de un experto y tampoco mucho tiempo para ejercitar esta parte del rostro.

El objetivo de hacerle movimientos específicos a los labios es fortalecer los músculos que los rodean y mejorar la circulación sanguínea hacia la zona.

Abre la boca como si fueses a pronunciar la “O” o bostezar. Luego, ábrela aún más, como para decir una “A”.

La “O” es el punto de partida y la “A” el de llegada. Este mismo movimiento se intercambiará en varias oportunidades, sin cerrar los labios.

2. Usar aceites esenciales

El uso de aceites esenciales es una forma muy especial de proporcionarle a la piel nutrición y elasticidad.

Algunos de los recomendados son:

Aceite esencial de almendras.

Aceite de oliva.

Aceite de coco. 3. Miel de abejas

Este producto natural tiene nutrientes esenciales que le aportan a la piel elasticidad y firmeza. Lo puedes aplicar por sí solo o mezclada con las cualidades del yogur para optimizar sus resultados. La mascarilla la dejas actuar por un mínimo de 15 minutos y la repites hasta 4 veces a la semana.

4. Alimentación

Por supuesto algo que no debe faltar para cuidar esta parte de la piel es la alimentación. Algunos alimentos cuentan con propiedades que influyen de forma directa en la calidad del contorno de los labios y otras áreas del cuerpo.

Entre los alimentos que no deben faltar en la dieta están:
El aguacate.
La alfalfa.
El sésamo.
Las zanahorias.
El brócoli.
El limón.
La guayaba.